Acto de presencia
Sorete hasta en la sopa
Pero cayó el Sorete a poner orden. Se había montado una carpa, una pequeña parrillita y unos choris que, seguramente con tanto olor a mierda cerca, saberían muy mal.
“¡Dejen de tirar bombas de estruendos!”; “Saquen esta carpa de la calle que molesta el tránsito”. El Sorete ordenó y, lo que es peor, muchos de los que lo detestan terminaron besándole los pies.
Increíblemente la que se atrevió a enfrentarlo fue una mujer que lo increpó y loe tironeó de su camisa celeste: “Yo te voté y tengo derecho a protestar por mis derechos”.
El resto de los protestantes agacharon la cabeza y obedecieron las órdenes del Sorete. “Esteee, acá en la vereda ¿podremos estar?” -le preguntaron muy tibiamente, como aterrados por esa figura .
El mismo Sorete, en persona, ayudó a correr una camioneta que molestaba en la calle y puso orden en la protesta.
El marrón se retiró del lugar feliz y contento, como en un gigante frasco de kerosén. Todo, después de conseguir que los mercantiles abortaran la quema de gomas y las bombas de estruendo".
Publicado por elsoreteestierno.blogspot.com
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